Todo comenzó el día martes 13 de Enero de 2015. Yo volvía del dispensario y cuando pasaba por un colegio escucho el maullido de un gatito. Trato de encontrar de dónde proviene el sonido, y me sorprendo cuando veo, no uno, si no tres hermosas gatitas.
Cómo odio ver a esas criaturas en la calle, las alcé como pude. Tenía el paragüas, una pequeña bolsita y las llaves. Me las ingenié y las llevé a casa.
Mi madre me vio y dijo: "¿y eso?" Mi respuesta fue simple, al borde las lágrimas: "No pude dejarlas ahí, estan mojadas. Que se queden unos días, que coman y después las llevamos a Fioretti"
Eran 3 hermosas y facinante criaturas. En una caja de zapatos les puse una toalla, y cerca un recipiente de comida y leche. Recuerdo que dormían juntas y miraban con carita de agradecimiento.
Ese fin de semana las llevamos cerca de un súpermercado dónde realizaban adopciones, y ese día no pudimos encontrarles un hogar.
Al siguiente, dimos en adopción a dos.
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Luego, a la que quedaba, nadie la quiso. Todos la miraban y decían "qué bonita" pero nadie quiso darle un hogar...
Nunca pensé que ella, la más gris, iba a quedarse en casa.
Al principio dormía en el baño con la puerta entrecerrada, ya que tenía la costumbre de meterse abajo de los autos y no queríamos hacerle daño.
Y después empezó a subir de a poquito las escaleras hasta que llegó al primer piso. Y se adueñó de mi cama.
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Nunca pensé que iba a tener otro gato. Nunca pensé que una criatura tan diminuta iba a robarme el corazón. Nunca pensé en que iba la iba a amar tanto.
La veo dormir en mi cama, la veo jugar, la veo correr, la escucho ronronear y las lágrimas inundan de felicidad mis ojos.
Masha, es mi compañera, es mi pequeño gatito, mi bubú. Es la que hace que mi amor por ella crezca cada día más.
Masha, aquella que llegó a mi vida para no irse jamás...
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Hay un dicho que recita "Uno no elige a los gatos, ellos te eligen a tí" Y creo que tiene toda la razón. Masha llegó para quedarse, para hacerme feliz.
No hay nada ni nadie que ame más que a mi pequeño bubú...
